Hasta la actual tpv táctil en Tenerife, como la que comercializamos en nuestra empresa, mucho ha llovido ya.  

Antiguamente en los comercios, bastaba con un sencillo cajón para guardar las ganancias del día, y la contabilidad se hacía a mano y quedaba registrada en un cuaderno sin más, también resultaba más fácil para los empleados, sisar algo de los beneficios del día porque no había ningún control en ello.

La primera caja registradora fue inventada en 1879 por James Ritty, este propietario de un bar, al percatarse que las cuentas no le cuadraban decidió diseñar una máquina que cuando se pulsaba una tecla con un precio, se perforaba un rollo de papel marcado con columnas para los dólares y los centavos. Con los años, fue mejorándose tanto el mecanismo que pasó a funcionar con motor eléctrico hasta proporcionar un recibo de compra.

Hoy en día cualquier negocio dispone de un TPV táctil en Tenerife, el terminal punto de venta, es un dispositivo que junto con un software, convierten el trabajo de cualquier negocio en una tarea mucho más sencilla y rápida. Nos hemos olvidado ya de la letanía que suponía ir al supermercado y que la cajera tuviese que marcar uno a uno el importe de los artículos de nuestra compra, o ir a un restaurante y que el camarero apuntase en una libreta la comanda y todo el protocolo que ello llevaba hasta que nos traía nuestro pedido a la mesa. La mejora es tanto para los clientes que ven agilizada su atención como para los profesionales de los distintos sectores que comprueban como se ha simplificado notablemente su trabajo y por supuesto, el control de las ventas para los empresarios.  

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